En las recientes elecciones presidenciales en Guatemala, el diplomático de carrera Bernardo Arévalo logró un contundente triunfo, superando a la exprimera dama Sandra Torres por más de 20 puntos porcentuales. Con el 99.8% de las actas procesadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Arévalo registraba el 58% de los votos, frente al 37.2% de Torres.
Durante su primer discurso como presidente electo, Arévalo subrayó su compromiso con el combate a la corrupción. «Aceptamos con mucha humildad esta victoria que nos ha dado el pueblo de Guatemala», manifestó. A las afueras del hotel donde se encontraba, sus seguidores celebraron el triunfo con entusiasmo.
El hijo del exmandatario Juan José Arévalo, Bernardo Arévalo, ha generado simpatía entre la población con promesas de erradicar la corrupción, mejorar el empleo, aumentar la cantidad de policías y enfrentar el cambio climático. Se espera que su administración aumente el gasto en áreas como salud y educación, y adopte medidas para fortalecer la transparencia, según analistas de la consultora Eurasia.
A pesar de su contundente victoria, Arévalo enfrentará retos significativos al asumir la presidencia. Su partido, Movimiento Semilla, cuenta con solo 23 de 160 escaños en el Congreso, y deberá maniobrar entre un parlamento fragmentado.
Ana María Méndez, directora para Centroamérica en WOLA, comentó sobre los desafíos que enfrentará el próximo gobierno: «Hay muchos sectores que históricamente han tenido el poder y buscarán desestabilizar al nuevo gobierno».
La gestión de Arévalo se dará en un contexto de aumento de la violencia y altos costos de vida. Además, Guatemala sigue siendo el principal emisor de migrantes centroamericanos a EE.UU. Aunque el fenómeno migratorio es poco probable que disminuya, dada la dependencia de la economía guatemalteca de las remesas.
Por otro lado, la posición de Arévalo hacia China ha despertado interrogantes. Aunque niega un cambio radical, el acercamiento a China podría generar tensiones con Estados Unidos, aliado tradicional de Guatemala y de Taiwán.
A pesar del entusiasmo de muchos, el escepticismo persiste entre los guatemaltecos. Durante años, el gobierno ha debilitado las instituciones democráticas, y recientemente se expulsó a investigadores de una misión respaldada por la ONU. Expertos advierten sobre posibles intentos de deslegitimar las elecciones durante el período de transición presidencial.
Para concluir, el actual presidente Alejandro Giammattei ha felicitado a Arévalo e invitado a una «transición ordenada». La toma de posesión de Arévalo está prevista para el 14 de enero del próximo año.
Vía @gobernartemx