Dentro del contexto de la sucesión presidencial, nos encontramos en un momento en que, para las fuerzas políticas, es más importante la contención de daños internos, que los aciertos que pudieran obtener en la opinión pública o en la incorporación de aliados estratégicos.

El caso más evidente -hasta el momento- es el de Movimiento Ciudadano, ante la inminente ruptura de Enrique Alfaro, y es también el que más costos políticos puede generarle al partido emergente que mejores avances electorales ha obtenido en los últimos años.

Hasta hace algunas semanas, el gobernador de Jalisco era una de las cartas fuertes de ese partido para contender por la presidencia de la república, sin embargo, su dirigente nacional -Dante Delgado- no se decantó por impulsar su aspiración con la determinación que Alfaro hubiera querido y contrario a lo que él y su grupo político esperarían, su dirigente nacional se esforzó por impulsar a otros cuadros (Samuel García y Luis Donaldo Colosio) con la clara intención de generar -a la Richelieu- contrapesos internos. 

Y es que Dante guarda ciertas reservas respecto a un gobernador que, a su criterio, nunca se sumó operativamente al trabajo del partido en las demás latitudes del país y que, a razón de los propios intereses del líder nacional, Jalisco no fue un proyecto que le haya generado la reciprocidad esperada.

De modo que, al no ver respaldadas sus aspiraciones políticas y motivado a su vez por la escasa posibilidad de que su partido pueda ganar la silla del águila en 2024, Alfaro decidió sacrificar esa posibilidad y concentrar sus esfuerzos en construir su propia sucesión con el fin de dejar a su grupo político -específicamente al senador Clemente Castañeda- a cargo del próximo gobierno en Jalisco, pero de igual manera, se topó con la apatía de su dirigente nacional de otorgarle “mano” en la designación de su sucesor.

Lo anterior aceleró la ruptura del primer mandatario jalisciense y ha dado como resultado el resquebrajamiento del bastión más importante de ese partido, ya que, a diferencia de Nuevo León, en Jalisco este partido es la primera fuerza política en el congreso local (16 de 38 diputados), gobierna 51 de 125 municipios, tiene senadores y diputados federales que estarían -en su mayoría- abandonando las filas del partido naranja.

Entre los cuadros más destacados que irían en desbandada con Alfaro, destacan; Clemente Castañeda (coordinador de los senadores de MC), Verónica Delgadillo (senadora y presidenta del consejo nacional de MC), Alberto Esquer (secretario de desarrollo social de Jalisco), Mirsa Flores (diputada federal), y Salvador Zamora (alcalde de Tlajomulco). 

Por el otro lado, Dante Delgado se agruparía en torno al actual alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, para impulsar su candidatura a la gubernatura, quien a su vez se haría acompañar de José Juan Fraige (alcalde de Zapopan), Sergio Barrera (Diputado Federal) y del influyente “Grupo Universidad” quienes lideran la UdeG y la organización feria internacional del libro (FIL). 

La ruptura de Alfaro, aunque no parece tener vuelta atrás, sería un golpe decisivo a la representatividad de Movimiento Ciudadano ya que le arrebataría de tajo la mitad de su capital político y la posibilidad de ser competitivos en la sucesión presidencial de 2024. 

No cabe duda de que, en la política como en la vida, las batallas más duras son las internas.

Send this to a friend