En la intrincada y, a veces, impredecible arena del beisbol, el éxito no siempre se mide por el primer swing. En muchas ocasiones, el jugador debe calcular, esperar y, en el momento justo, conectar el batazo que cambiará el rumbo del juego. Algo similar ocurre en la política, y el caso de Alejandro Armenta en la elección interna de Morena para la gubernatura de Puebla parece reflejar esta analogía.
Ahora bien, que Armenta no haya sido incluido de inmediato en la propuesta del consejo estatal puede sorprender a muchos, pero hay que comprender que la elección de Morena no se rige únicamente por los dictados de una sola entidad. El partido, en su búsqueda de equidad y representatividad, contempla dos vías esenciales: por un lado, la propuesta directa del consejo estatal, y por otro, la competitividad que emana de las encuestas realizadas por el Comité de Elecciones de Morena. Es por esta segunda vía que dos candidatos adicionalmente propuestos tendrán la oportunidad de brillar.
Recordemos que Armenta, desde hace meses, ha encabezado las preferencias en todas las encuestas para el proceso interno de Morena a la gubernatura, criterio de competitividad que es tomado en cuenta por el partido para definir a quien coordine los comités de defensa de la cuarta transformación y el cual en las encuestas de reconocimiento será factor clave.
Y es aquí donde la historia nos regala un precioso paralelismo. Recordemos la elección del ex gobernador Miguel Barbosa, cuyo nombre no se encontraba entre los primeros elegidos por el consejo estatal. Sin embargo, como un bateador esperando su oportunidad, entró en juego a través de las encuestas y, contra todo pronóstico, se hizo con la candidatura y, finalmente, con la gubernatura.
Entonces, ¿significa esto que Armenta está fuera del juego? Absolutamente no. Más bien, su no inclusión inicial podría ser el preludio de una jugada maestra, donde la paciencia, la estrategia y la popularidad se combinen en una fórmula ganadora.
Recordemos que el último minuto también tiene 60 segundos, y aunque el pronóstico era favorecedor para Armenta en la votación del Consejo Estatal de Morena, algunas versiones apuntan que consejeros pudieron haber sido convencidos de cambiar su voto a cambio de beneficios indebidos que influyen sobre la voluntad y convicción democrática.
Aún falta una última entrada, en la cual serán llamados todos los bateadores regitstrados a la caja de bateo, con la oportunidad de pegar un último swing, ya sea para pegar un home run, un hit o un machucado out.
Por lo tanto, nada está perdido, en esta última entrada del juego, con dos out y dos bolas, aún existe la posibilidad que Armenta pueda pegar un “home run” que lo lleve a anotar la carrera por la candidatura de Morena al gobierno de Puebla.
Porque en la política, al igual que en el beisbol, no siempre es el primer swing el que decide el juego. A veces, es el cálculo, la espera y, sobre todo, el conocer el campo de juego lo que lleva a la victoria. ¡Juguemos!